Termina marzo en las tierras de la Ribera, y con ella la época más propicia para podar. Durante los meses de invierno, afanosos hombres y mujeres recorren los viñedos de nuestro país cortando sarmientos en lo que es una de las fases clave del ciclo de la vid.
Pero ¿te has planteado alguna vez por qué es necesario podar? La vid es una planta fascinante a la vez que compleja, y sus cuidados tienen mucho que ver con su modo de crecimiento y necesidades. Si quieres saber más sobre curiosidades de la poda del viñedo, solo tienes que
seguir leyendo el artículo.
El dilema entre cantidad y calidad: historia de una planta trepadora
Cuando pensamos en la vid (Vitis vinífera) solemos pensar en una planta pequeña de porte recio y gruesos hombros. Lo que quizás no sepas es que esta forma es completamente artificial, moldeada por los hombres para adaptarse a las necesidades del cultivo.
Esta forma pequeña y achaparrada poco tiene que ver con el estado salvaje de Vitis vinifera. Planta originaria de Oriente Próximo, en su estado natural la vid es una verdadera liana trepadora cuyas ramas (sarmientos), pueden alcanzar hasta 30 metros de longitud. La idea básica de la poda es guiar a la planta para que desvíe sus recursos a la producción de fruto y no al crecimiento descontrolado.
Esta extrema esbeltez provoca que la planta dedique menos recursos a la producción de frutos, haciendo que prosperen las yemas situadas en los extremos al recibir más savia. Aunque se producen muchos racimos de uva, los recursos de la planta (agua y nutrientes) son limitados y estos son de pequeño tamaño y de escaso contenido en azúcares.
Dado que para obtener un vino de calidad es necesario un tamaño y contenido en azúcares mínimo, debemos indicarle a la planta que nos interesa que haya más fruto y menos hoja. Así pues, la poda consiste en reducir el número de sarmientos para que las vides produzcan menos racimos, pero de más grosor y calidad. Es considerada un paso fundamental en el ciclo anual de la vid, pues asegura la calidad y cantidad de las cosechas si se hace bien. Asimismo, el acortado de los sarmientos permite esculpir la cepa como si de una estatua se tratase, adaptándola a nuestras necesidades o limitaciones de espacio.
Los diferentes tipos de poda
Existen varios tipos de poda, entre los que destacan:
- Poda de formación
- Poda de invierno o poda en seco
Como en los otros tipos de poda, la fecha de la misma dependerá de la variedad clima y características geográficas de la zona, pero en todo caso, se deberá realizar antes del desborre, es decir, antes de que la yema empiece a brotar.
Sobre las diferentes tipos y técnicas de poda, podemos destacar la importancia que tiene la elección de las yemas. En todas ellas, lo más importante es elegir la posición de las yemas y por tanto cuáles serán los sarmientos que mantendremos indemnes para engendrar el fruto de
nuestra próxima cosecha.
El número de yemas y por tanto el número de trozos de los antiguos sarmientos a mantener, dependerá de la carga de uva que queramos obtener, y a la postre determinará la calidad de nuestro vino.
La poda de respeto es una de las técnicas más actuales y que más tiene en cuenta las necesidades de la planta. En esta, se hace un corte a una distancia prudencial de la base del sarmiento, evitando que el cono de desecación que se produce después de cada corte el paso de la savia y por tanto entorpezca el desarrollo normal de la planta. Teniendo en cuenta, esto, trataremos de que las yemas futuras estén en la posición más adecuada para recibir la savia nueva. Este es el secreto de la poda y sólo se consigue con la práctica y con la experiencia.
- Poda en verde o de verano
La poda en verde se realiza en las épocas calurosas, cuando el sol y el calor han hecho acto de presencia y los tallos incipientes tienen ya un tamaño adecuado para evitar que la excesiva brotación puede comprometer la calidad de las uvas. De esta manera, eliminamos todos aquellos pámpanos que excedan la carga que habíamos previsto dejar en muestra poda de
invierno. Hay que tener en cuenta que aparte de las yemas que habíamos dejado, se quedaron otras que no vimos, han brotado las yemas casqueras (en la base de los sarmientos) y no nos interesan,. para equilibrar la producción de la vid. Dependiendo de la climatología del año, esta poda puede o no tener lugar (aunque extraño) o tener que repetirse un par de veces.
Cortar sarmientos para dar vida
Como hemos podido ver, la poda es una base muy importante en el cultivo de la vid y para asegurar la cosecha año a año.
Recientemente, en VeinteVeinte hemos terminado la poda de nuestro viñedo de Los Arenales, preparándolo para la primavera que ya asoma por el calendario.
Podar representa una alegoría muy potente que aplicar en nuestras vidas: para crecer con fuerza y vigor es necesario desprendernos de todo lo antiguo que nos sirvió en el pasado e ir eligiendo sólo aquello que nos permitirá el mejor desarrollo y obtener los mejores frutos para el futuro.